POEMAS CRISTIANOS

 

POEMAS CRISTIANOS




___________________________________________________________________________________

Soneto a Cristo

 

No me mueve, mi Dios, para quererte

el cielo que me tienes prometido,

ni me mueve el infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.

 

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte

Clavado en una cruz y escarnecido,

Me Mueve ver tu cuerpo tan herido,

Me Muéve tus afrentas y tu muerte.

 

 Me Muéve, en fin, tu amor, y en tal manera,

Que aunque no hubiera cielo, yo te amara,

y aunque no hubiera infierno, te temiera.

 

No me tienes que dar porque te quiera,

Pues aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.

 

Anónimo del S. XVI

 ______________________________________________________________________


Sublime Gracia

 


¡Sublime gracia, del Señor

Que a un pecador salvó!

Fui ciego mas hoy veo yo.

Perdido, y él me halló

 

Fue la gracia la que enseñó a mi corazón temer,

Y la gracia mis miedos alivió;

Qué preciosa gracia apareció

La hora en que creí.

 

Muchos peligros, fatigas y trampas

He experimentado y superado;

La gracia me ha hecho fuerte

Y es ella la que me llevará hasta casa.

 

El Señor me ha bendecido,

Su palabra me asegura la esperanza;

Él será mi escudo

Mientras la vida dure.

 

Cuando este cuerpo y corazón se hayan consumido,

Y la vida me abandone,

Tendré, bajo el velo,

Una vida plena de alegría y paz.

 

Esta tierra pronto se disolverá como la nieve,

El sol ocultará su brillo;

Pero Dios, quien me llamó acá abajo,

Estará por siempre en mí.

 

 Autor: Jhon Newton

 

 _______________________________________________________________________

Castillo fuerte

Castillo fuerte es nuestro Dios,
Defensa y buen escudo.
Con su poder nos librará
En todo trance agudo.
Con furia y con afán
nos Acosa satán:
Por armas deja ver
Astucia y gran poder;
Cual él no hay en la tierra.

 Nuestro valor es nada aquí,
Con él todo es perdido;
Mas con nosotros luchará
De Dios el escogido.
Es nuestro Rey Jesús,
El que venció en la cruz,
Señor y Salvador,
Y siendo El solo Dios,
El triunfa en la batalla.

 Y si demonios mil están
Prontos a devorarnos,
No temeremos, porque Dios
Sabrá cómo ampararnos.
¡Que muestre su vigor
Satán, y su furor!
Dañarnos no podrá,
Pues condenado es ya
Por la Palabra Santa.

Esa palabra del Señor,
Que el mundo no apetece,
Por el Espíritu de Dios
Muy firme permanece.
Nos pueden despojar
De bienes, nombre, hogar,
El cuerpo destruir,
Mas siempre ha de existir
De Dios el Reino eterno. Amén
.

Autor: Martín Lutero

________________________________________________________________________


 

Cariñoso Salvador

Cariñoso Salvador,
huyo de la tempestad
a tu seno protector,
fiándome de tu bondad.
Cúbreme, Señor Jesús,
de las olas del turbión;
hasta el puerto de salud
guía Tú mi embarcación.

 Otro asilo ninguno hay;
indefenso acudo a Ti.
Mi necesidad me trae,
porque mi peligro vi.
Solamente en Ti, Señor,
tengo yo consuelo y luz.
Vengo lleno de temor
a tus pies, Señor Jesús.

 Cristo, Salvador, en Ti
sólo puedo yo confiar.
¡Oh! protégeme a mí
en el turbulento mar,
hasta que la tempestad
de la vida terrenal
cese con tranquilidad
en el puerto celestial.

Autor: Charles Wesley

________________________________________________________________________


Tarde te amé

¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva,

tarde te amé! y tú estabas dentro de mí y yo afuera,

y así por de fuera te buscaba; y, deforme como era,

me lanzaba sobre estas cosas que tú creaste.

 

Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo.

Me retenían lejos de ti aquellas cosas que,

si no estuviesen en ti, no existirían.

 

Me llamaste y clamaste, y quebraste mi sordera;

Brillante y resplandeciente, y curaste mi ceguera;

Exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo;

Gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti;

Me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti.

 

Autor: Agustín de Hipona

_________________________________________________________________________ 

Te Adoro porque me amas

 

Te adoro porque me amas y de la muerte me salvaste;

Me oyes cuando clamo y tu Espíritu me toca

Siento tu presencia mi señor amado

Y siento que miel sale de tu boca

Has llenado de tu gracia a mi alma

Tu presencia para mi es adicta y quiero que sea mía

Por que renueva mi cuerpo y mi alma

Con tu voz que parece melodía

Te adoro porque me amas y con tu sangre me compraste

Estas como impregnándote en mi ser y mi corazón es tuyo

Me oyes cuando clamo y tu Espíritu me sustenta

Déjame que te adore a ti Corazón puro

Déjame que le hable a tu corazón

Claro como el sol hermoso y sencillo

Eres como las estrellas en sus noches de sueños

Y tu amor es cercano como el dedo y el anillo

Te adoro porque me amas y de la muerte me salvaste

Distante soy del dolor y ya no estoy muerto

Una palabra tuya bastara para sanarme

Y estoy gozoso gozoso que sea cierto

Autor: Felipe Mendoza Torres

_________________________________________________________________________

 

Mirad al hijo Prodigo

Mirad al hijo pródigo,
del padre se apartó.
Miseria, engaño y escasez
fue lo que allí encontró.

Yo me levantaré;
iré a mi padre y le diré:
«Contrito heme aquí:
yo he pecado contra el cielo,
y también contra ti».

 Desesperado dijo así:
«Con hambre siempre estoy;
perezco si me quedo aquí,
junto a mi padre voy».

«Delante de Él yo me pondré,
pidiendo su favor.
Humilde me confesaré
indigno de su amor».

 Al ver a su hijo regresar,
el padre se alegró.
Dispuesto estaba a perdonar;
de besos le colmó
.

Autor Jhon Newton

________________________________________________________________________

Bartimeo

 

Esta es la historia de un hombre sin ganancia

Seguramente no gozaba de buena fragancia

Ni tampoco de un fino vestuario

Pero a continuación sucederá lo extraordinario

 

 Clamó desde la distancia ¡Jesús ten compasión¡

 Los evangelios relatan esta hermosa sanación

No solo clamaba por sus ojos, también por su alma

El anhelaba sanidad y su espíritu la calma

 

Inmediatamente tira la vieja capa

Jesús le dice ¿que quieres que te haga?

Que recobre la vista Señor

Bartimeo fue sanado por el  glorioso sanador

 

Autor: Felipe Mendoza Torres

__________________________________________________________________________

De tal manera

 

De tal manera al mundo amó

Que de su gloria se desvistió

En un pesebre él nació

Como nosotros él vivió

 

En las calle de palestina, el predicó

A los enfermos, él sanó

Con nosotros el maestro caminó

Por amor hasta la muerte él obedeció

 

En la cruz, el Amado sufrió

Por el pecado del mundo, el salvador murió

El castigo de nuestra paz, sobre el cayó

Pero a los ojos de muchos el Resucitó

 

Su sacrificio a nosotros salvó

Solo por fe, él lo prometió

Yo creo, él es el Redentor

De tal manera me amó, Jesús el Señor

 

 Autor: Felipe Mendoza Torres

_____________________________________________________________________

 

 

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 





No hay comentarios:

Publicar un comentario